1- COMÉ DESPACIO: Eso facilita tu digestión y le da tiempo a tu cerebro para recibir la señal de la saciedad.
2- CUMPLÍ HORARIOS: Distribuí tus comidas a lo largo del día y organizate de una manera que se adapte a tu rutina; así te será más fácil respetar un orden.
3- PORCIONES PEQUEÑAS: La cantidad de comida es muy importante y hace la diferencia. Podés comer lo que te gusta de manera moderada.
4- NO TE ABURRAS: Si pasás mucho tiempo sin hacer nada, te dan ganas de comer cualquier cosa. Buscá actividades que te entretengan.
5- NO TE SIENTAS CULPABLE: Si una tarde te diste el gusto ¡no te sientas mal!. Compensalo comiendo algo mas liviano a la noche, y listo.
6- COMÉ SENTADO: Tomate el tiempo necesario para cenar o almorzar.
7- SÉ SINCERO: Todos sabemos darnos cuenta cuando es el momento de decir "basta". Si ya no tenés más hambre, está claro: no sigas.
8- NO TE SALTEES LAS COMIDAS: Lo ideal es comer cada tres horas. Si pasás mucho tiempo sin ingerir nada, llegás a la noche con ganas de devorarte todo.
9- HACÉ EJERCICIO: Hacer ejercicios aeróbicos 3 a 4 veces por semana durante una hora es el complemento ideal de una buena alimentación.
Au revoir1
martes, 21 de septiembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario